Un polémico proyecto presentado en la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México propone introducir la modalidad de matrimonios 'renovables'. Expirarían cada dos años para que las parejas puedan decidir si los prolongan o no.
Al llegar al altar, un gran número de personas cree que el matrimonio es para toda la vida. Esa convicción coincide con la doctrina de la Iglesia católica romana, que durante siglos ha institucionalizado ese modelo dentro de sociedad.
Según los partidarios de la citada enmienda al Código Civil, la reforma disminuiría los engorrosos trámites de divorcio. Pero los detractores también se han pronunciado en el año que ha transcurrido desde que la idea fue presentada por primera vez. Y el clero ocupa un lugar destacado entre ellos.
"La postura de la Iglesia siempre ha sido clara porque considera al matrimonio, con esfuerzo evidentemente, una institución para toda la vida, hasta que la muerte los separe", dice sacerdote capitalino José de Jesús Aguilar.
La iniciativa asemeja los lazos matrimoniales a un contrato laboral. Además de reducir el número de divorcios, el objetivo es garantizar la manutención de los hijos y facilitar los trámites administrativos en caso de ruptura. Dos años es un tiempo mínimo que permite valorar cómo es la vida en pareja para luego decidir renovarla o separarse, dicen los legistas.
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